Terminó un año sinuoso para la Lepra, que estuvo marcado por la irregularidad al desandar esta temporada de la "B" Nacional. Entre lo positivo encontramos las dos victorias en el clásico ante Gimnasia y la continua promoción de chicos de la cantera. Lo malo, la salida de Garnero y Servio, en su mejor momento, la deuda con el plantel y las lesiones que calaron hondo en el armado del equipo.
Los elegidos: los 11 titulares seleccionados por el Staff de Sentimiento Azul
Llegan las fiestas y como en muchos lados llega la hora de hacer un balance del año. Independiente Rivadavia no es la excepción, y es hora de mirar para adentro y sacar conclusiones.
El andar del cuadro del Parque fue bastante irregular, con un presupuesto austero, jugadores de categorías más bajas que demostraron estar a la altura de las circunstancias, pocos jugadores de jerarquía que aportaron su granito de arena, y las ganas de los pibes de la Leprita, fueron la fórmula para el resurgir de este equipo.
Comenzó el campeonato de la mejor manera, ganando partidos importantes y sumándose al lote de los de arriba, cabeza a cabeza con los candidatos, e incluso, aprovechando la inyección anímica que fue ganar el clásico ante el Lobo en el Legrottaglie. Pero luego de esa resonante victoria bajo la lluvia en calle Lencinas, las cosas empezaron a tornarse de marrón oscuro: las lesiones, la deuda al plantel y las salidas de Garnero y Servio opacaron lo bueno que se venía realizando.
Entre las cosas positivas, podemos destacar:
- Pocos pesos, busquemos en Mendoza: el descubrimiento de grandes jugadores en la provincia, que aceptaron el desafío y fueron claves en el armado del equipo. El presupuesto austero posibilitó que llegaran algunos jugadores de jerarquía, que mechados con jugadores mendocinos y la cantera leprosa, hicieron un cóctel muy bueno, a pesar de todo.
- Capo del Parque: ganar los dos clásicos ante Gimnasia también fue moneda corriente de este campeonato. A pesar de no haber logrado pelear arriba, el clásico ante el Lobo, y luego el descenso del Blanquinegro dibujó una sonrisa en los hinchas azules, que gozaron el 3-1 en el Legrottaglie y el 4-2 en el Gargantini. Sin dudas, lo más festejado por el pueblo azul.
- ¡Vamo' los pibes!: párrafo aparte para los chicos de Independiente, de gran futuro y algunos ya con consultas de clubes de Primera. Demostraron que cuando las papas queman, ellos siempre están. La aparición de Masoero, Silva, Méndez, Gautier, Soria, entre otros, fueron importantes y se convirtieron en piezas claves a la hora de armado de un equipo, golpeado por las suspensiones y las lesiones. Tanto Garnero como Quinteros le dieron lugar a las inferiores del club.
- Esa maldita rodilla: las lesiones estuvieron a la orden del día, y para colmo de males, muchas fueron de larga duración. Las más sensibles fueron de Cardozo (figura y goleador del equipo) y Minich, que sufrieron rotura de ligamentos, al igual que Pereyra, también cuando era el más destacado en el azul. Gordillo, Eduardo Méndez, Servio, Aguirre, incluso Scapparoni sufrieron golpes. Cosa de brujas.
- Morosos incobrables: la deuda con el plantel caló hondo en el andamiaje del equipo, y sin dudas, el ánimo y las ganas quizás no eran las mismas. Varios meses sin cobrar pasó este plantel, lo que desencadenó en la salida de algunos jugadores antes de tiempo (Gutiérrez, Modón, etc.) De todas formas, el equipo fue para adelante y demostró que a pesar del déficit económico, salió a ganar en todas las canchas.
- ¡No te vayas!: la salida de Garnero y Servio fueron dos bajas muy importantes para la Lepra. Ambas por mala relación con la cúpula leprosa. El entrenador se encontraba cómodo en su cargo, y su estilo en el juego empezó a dar sus frutos en el comienzo del campeonato. Una bandera en su contra por la negativa del adiestrador leproso por no prestar el Gargantini para las inferiores, fue el disparador de la salida del DT. Servio fue la baja más dolorosa. El arquero nacido en General Arenales fue siempre un tipo pasional y conflictivo, y la cabeza del plantel a la hora de hacer los reclamos pertinentes ante la dirigencia. Querido por la hinchada, molestó su actitud entre los altos dirigentes azules, y a pesar de haber renovado su préstamo, antes del final del campeonato, le dieron salida.
A continuación, el mejor once elegido por Sentimiento Azul fueron:
GASPAR SERVIO: si dudas, el que más sintió la casaca de Independiente, incluso lloró al no poder torcer la historia del equipo. Caudillo y voz de mando desde el arco, clave cuando lo exigieron, en especial en el primer clásico ante Gimnasia y en muchos partidos fuera de Mendoza. Se dio el gustó de marcar un gol de penal nada más ni nada menos que ante el Lobo en el Gargantini. Lo malo, su relación con la dirigencia concluyó en su partida antes de tiempo
ABEL PERALTA: jugó pocos partidos, pero se encargó de adaptarse a un puesto nuevo para él e incluso se calzó la cinta de capitán. El chico de Gutiérrez fue el más regular en su puesto, y antes de irse a Temperley, siempre fue salida y sacrificio por su carril.
LUCAS MASOERO: el gigante lavallino, se adueño de la zaga central, por su temperamento, su altura y sus ganas. Ser de la Lepra también le sumó además de su necesidad por demostrar todas sus cualidades, a pesar de su corta edad. Gol ante Los Andes y firme de arriba, uno de los descubrimientos de la Leprita, que ya piden precio por él.
JAVIER SILVA: difícil encontrar centrales zurdos y con experiencia. A pesar de su corta edad, fue importante y regular en la última línea. Además, se convirtió en el socio ideal para Masoero. Firme en la marca y potente por en el juego aéreo. Destacado desde la época de Garnero, que le dio la confianza necesaria para ser titular. Además también lateral por izquierda, otra posibilidad para el armado del equipo.
LUCAS PARISI: en primer momento parecía que se iba a Tandíl, pero un problema en el pase le dio la chance de volver al Parque. Si bien alternó buenas y malas, su regularidad en el torneo pasado le permitió ser el "3" titular de la Lepra. Mejor marcador que carrilero, supo ganarse el lugar con mucho esfuerzo. Quizás el más resistido por la hinchada, pero un verdadero luchador a la hora de quitar la pelota.
JOSÉ MÉNDEZ: explosión, velocidad y gambeta. Todo en un pequeño envase. El "Loco" nos hizo acordar bastante a el querido Martín Gómez, por sus corridas desequilibrantes. Garnero confió en él y fue pieza fundamental de la Lepra en este campeonato. Cuando no estuvo en sintonía, la Lepra lo sintió, y mucho.
FRANCO DOLCI: el dueño de la mitad de la cancha. Sacó a relucir su chapa de tipo rudo y lo acompañó con experiencia. El cordobés fue el motorcito del medio, haciendo jugar, metiendo y rompiendo juego cuando lo dispuso. Sin dudas, un jugador que le dio gran jerarquía al medio campo azul.
DANIEL IMPERIALE: la joya y el más destacado del campeonato. El espigado volante comenzó dubitativo el torneo, pero poco a poco se metió entre los titulares y no defraudó. Aprovechó su altura para pivotear, buen manejo de la pelota y siempre criterioso a la hora de distribuir. Explotó en el clásico ante Gimnasia, donde marcó dos goles de idéntica factura. Ademas le sumó su polifuncionalidad en el medio, jugó donde lo pusieron.
DIEGO CARDOZO: de zurda intratable, a su buen trato de la redonda le sumó goles, y antes de su lesión, le convirtió a Gimnasia ni más ni menos. Clave en la generación de juego, tirado a la izquierda o como enganche. Tocado por la varita mágica: en su regresó después de varios mese parado, volvió a convertir.
HERNÁN GAUTIER: el "Kun" a fuerza de goles, fue el delantero que más jugó en el campeonato. De penal o de jugada, fue desequilibrante. También alternó buenas y malas en el torneo. El socio ideal de Méndez, a quien tildó como su hermano mellizo. Veloz y encarador, el apellido no le pesa, y uno de los que más siente la casaca leprosa.
JUAN PABLO PEREYRA: su llegada generó muchas dudas, incluso en los primeros partidos, fue resistido por la parcialidad azul, pero sus dos goles al Lobo lo catapultaron a convertirse en figura del equipo. Su altura le dio poder a la Lepra en las pelotas paradas, además de ser un gran gambeteador y por su porte, difícil de marcar para los rivales. La lesión lo dejó fuera del torneo y espera revancha en el próximo.
Dirección Técnica:
DANIEL GARNERO/PABLO QUINTEROS: cuesta elegir entre los dos, ya que ambos hicieron cosas buenas y también se equivocaron. Quizás Garnero tiene una pequeña luz de ventaja sobre Quinteros por la cantidad de puntos, pero el "Negro" agarró cuando las papas quemaban y se hizo cargo de un plantel golpeado por las deudas y las lesiones. Ambos tuvieron algo en común: ganaron el clásico ante Gimnasia.
DANIEL GARNERO/PABLO QUINTEROS: cuesta elegir entre los dos, ya que ambos hicieron cosas buenas y también se equivocaron. Quizás Garnero tiene una pequeña luz de ventaja sobre Quinteros por la cantidad de puntos, pero el "Negro" agarró cuando las papas quemaban y se hizo cargo de un plantel golpeado por las deudas y las lesiones. Ambos tuvieron algo en común: ganaron el clásico ante Gimnasia.
SUPLENTES:
Maximiliano Scapparoni: jugó bastante y respondió con creces cuando lo necesitaron.
Ariel Agüero: aportó su experiencia desde el fondo, después de quedar relegado al principio.
Luciano Sánchez: salida por ambos costados, fue vital a la hora de cubrir laterales.
Matías Villarreal: jugó bastante y siempre fue el complemento para su compañero en el centro del campo.
Leandro Aguirre: comenzó con dudas, pero aportó su pegada y la experiencia en el plantel.
Agustín Sanfilippo: pegada infalible, aunque algo lagunero. Convirtió goles y aportó desde la pelota parada.
Germán Gordillo: sufrió una dura lesión al comienzo, pero cuando regresó le dio desequilibrio al equipo. También jugó de volante por derecha.
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