"Gringo" Mémoli

ÍDOLOS Y CAUDILLOS:

Hoy: HUGO CIRILO MÉMOLI: "El León Azul".

 

 Garra, corazón y sangre azul: el "Gringo", el primer caudillo.

Cuando hablamos de "Caudillos", rápidamente se viene a la cabeza un nombre. Sinónimo de garra, corazón y valentía, quedó en la historia y en el corazón de los leprosos. Porque cuando hablamos de Mémoli, hablamos de la Lepra. De el verdadero "caudillo" que transpiro la camiseta azul gran parte de su vida. Los colores lo convirtieron en leyenda y sus hazañas en el Gran Mito del Parque. Porque desde chico vivió a la vuelta del Bautista Gargantini, se juntaba a jugar a la pelota con sus amigos del barrio en el Parque, en el descampado detrás de la tribuna norte. Hoy dedicamos este ardua investigación hecha por Cristian Minich sobre sus "andanzas". Desde sus inicios allá por la década del 1968, repasando por su trayectoria, el debut en la Lepra, su regreso al club, el penal atajado a Roque Cruz y su retiro y cuando se convirtió en estrella y leyenda, allá por 2006.
Aquí, parte de su historia.

"EMBLEMA DE NUESTRA HISTORIA"

Debutó en Independiente en 1968 y rápidamente entró en el corazón de la gente, por su garra y su temperamento. Jugaba como marcador central o lateral derecho y hasta se dio el lujo de ponerse el buzo de arquero y atajar un penal.

El "Gringo" es símbolo y la figura más grande de la historia de Independiente Rivadavia por dejar todo en la cancha como lo exige la gente. No necesitó sutilezas ni de calidad para construir grandes hazañas con la divisa azul en la Liga Mendocina y en los Torneos Nacionales de AFA.
También jugó en Deportivo Guaymallén, Gimnasia y Esgrima, Olimpo de Bahía Blanca, Platense y River Plate.
Murió el 16 de abril de 2006 a los 55 años, a raíz de un edema pulmonar.

La siguiente es un recopilación de notas sobre el "Gringo" Mémoli, publicadas en libros, revistas, diarios, blogs y páginas de internet:

DIARIO LOS ANDES 1969
"Hugo Mémoli y su retorno al Parque"


  
Hugo Cirilo Mémoli siempre fue hincha de Independiente Rivadavia. Desde chico, desde pibe, desde la época de los pantalones cortos, y los picados en la vereda. Mémoli, allá en la Sexta Sección, donde nació y todavía vive, creció con la azul en la boca. Salió hincha de Independiente por tradición familiar y, como la mayoría de los pibes del barrio, fue a los Azules del Parque, a una sexta división donde empezó a jugar cuando todavía no tenía doce años de edad. Así pasó su adolescencia. Con la ilusión de llegar por un lado, con el deseo de triunfar, con la ambición de vestir algún día la camiseta de Independiente Rivadavia en primera división. Por otro lado los libros, porque sus padres querían que estudiara, para que se formara en la vida y se integrara sin problemas  a la sociedad con un estudio que alimentara su cultura y preparación. Y llegó hasta cuarto año del bachillerato, en el Instituto "Juan Agustín Mazza", después de haber pasado por el Colegio Nacional "Agustín Alvarez".
Era bueno para el fútbol. Todos lo decían cuando lo veían jugar. Va a triunfar. Tiene condiciones. Ese chico tiene pasta. Va a ser el futuro número 4 de los azules. Eso y otros comentarios se escucharon muchas veces, después de que lo veían jugar tan entusiasmado por su juego. Y era cierto, andaba bien. Se comía la cancha el pibe Mémoli en las inferiores de Independiente Rivadavia.

A Guaymallén.
Pero el destino, su destino, le tenía reservada una amarga sorpresa. A principios de ese año fue a préstamo a Guaymallén, lo cedieron por un año. A Hugo Cirilo Mémoli, eso le pareció imposible. No lo podía creer. Él, justamente él, tenía que alejarse de los Azules cuando le estaba tomando gusto a la primera, cuando se estaba afianzando en su puesto. Y a nuestro lado, en esta nota, cuando lo invitamos a nuestra redacción para que nos contara su pequeña historia, Mémoli lo recuerda:

-"Yo siempre fui hincha de Independiente, me dolió mucho, me costó admitir que tenía que pasar a otro club. Esa ha sido mi mayor tristeza en la vida. Cuando me dijeron tenía ganas de largarme a llorar, por la amargura, por la desilusión. Yo soñaba con triunfar en los Azules, y pensé que el fútbol se terminaba para mí. Y ahora, después de todo el año que pasó, pienso de otras forma, veo las cosas de otra manera. No me voy a olvidar nunca de la camiseta de Guaymallén. Yo he vuelto a Independiente porque estaba a préstamo en los Italianos. Pero me alejo con muchos recuerdos, con la amistad que me dieron McCormick, Sartorio, Preto, Martel, Robles, Ponce. Con los consejos de "Tito" Ortiz, que me ayudó mucho cuando yo estaba desmoralizado y sin ganas de jugar. Por eso les digo siempre que voy a recordar a Guaymallén, porque me trataron como un señor y porque en ese club me ayudaron a triunfar".

Apenas 19 años.
Mémoli apenas levanta los ojos del piso. Tiene una mirada mansa y todas sus palabras encierran también un aire de inocencia. Tiene apenas 19 años y ahora ha regresado al Parque, a su hogar futbolístico. Ahora podrá jugar, otra vez, con la camiseta de Independiente, el equipo de sus amores y de sus grandes simpatías desde la época de la infancia. Nos sigue contando:

-"Voy a seguir estudiando. Quiero recibirme de profesor de educación física. Me gusta mucho el deporte y quiero aprender para después enseñar. En Guaymallén anduve bien. Me dieron confianza para jugar y mi mayor alegría fue el segundo puesto que obtuvimos en la reclasificación. Yo marco a muerte y también me gusta proyectarme. El mejor técnico que tuve fue Gregorio Garín, en las divisiones inferiores de Independiente. También "Tito" Ortiz en Guaymallén, me enseñó muchas cosas. Yo me inicié en una sexta A en 1966, junto con Spitalieri, Garro, Pregrasso y otros. El año pasado jugué en el seleccionado juvenil con Camargo (arquero de Palmira), León, Guayama, etc. Vuelvo con mucha fe a los Azules y no me voy a olvidar nunca de lo bien que me trataron en Guaymallén. Y quiero que Guaymallén ya tiene un hincha más. Ese soy yo. 

Esa es la corta historia de Hugo Cirilo Mémoli. Un jugador que está llamado a triunfar en el fútbol mendocino. Tiene condiciones. Lo demostró este año. Su historia ya ha comenzado. Tiene nada más que 19 años y el camino a recorrer es amplio y venturoso. Está contento porque volvió al Parque, pero no se va a olvidar nunca de Guaymallén.


DIARIO LOS ANDES 1973
"Mémoli: el León Azul"

EL MEJOR JUGADOR
MÉMOLI, EL LEÓN AZUL 




El Gringo está dentro de la cancha con la casaca Azul, pero sigue actuando como el que está en la tribuna. Hugo Cirilo Mémoli, identificado desde niño con los colores de Independiente Rivadavia, se entrega en forma íntegra a su equipo. Pareciera que cada actuación suya tiene una dedicatoria especial para esa gente que se ubica allí, en la popular. Esa que mira con los brazos en alto cada vez que la Lepra marca un tanto.
Para Mémoli el jugar en Independiente Rivadavia representa vivir totalmente su condición de fanático Azul. Ahora lo hace con más pulcritud. Pero siempre defendiendo con esa tenacidad implacable que lo hizo famoso.
La experiencia, los años en primera división, su permanencia en River Plate, algunos torneos nacionales, moldearon bastante al rústico jugador que solamente sabía marcar. El Cirilo aprendió mucho y lo demuestra cada vez más, especialmente en su nueva función, la de primer marcador central.
Y ahora, ese "león" de sangre azul tiene otro motivo más de satisfacción, porque se convirtió en el mejor jugador de la segunda rueda para LOS ANDES con el excelente promedio de 8. Su puntaje, fue realmente significativo, lo que demuestra su evidente superación y su imagen de más jugador. Ahora, están sus palabras, en este momento tan feliz que le brinda el fútbol.
 
-"Realmente soy consciente de que he logrado un buen nivel en la defensa de mi equipo. Ser el mejor es un premio muy importante, que me llena de lógica satisfacción. Un orgullo que sabré capitalizar, para mejorar aún más en el futuro. Siempre he creído en mis condiciones y ahora pienso que he mejorado en muchos aspectos, principalmente que tengo más serenidad, más tranquilidad. Me siento muy cómodo al lado de Domínguez, que es un jugador de enorme experiencia y que está técnicamente dotado para ser la figura en el fútbol mendocino. Incluso toda la línea de cuatro fue importante para el equipo en esta segunda rueda. Fecha a fecha mejoró también el conjunto en todas sus líneas y así llegamos a esta hermosa primera posición que compartimos con Gimnasia y Esgrima".
 
Mémoli también es muy optimista sobre su futuro futbolístico. Como se sabe está en los planes de Atlético San Martín, como refuerzo para el Nacional.

-"Jugar el Nacional es la meta de todo futbolista. Agradezco a San Martín que se haya fijado en mí y cuando pueda lucir los colores Albirrojos me brindaré al máximo para no defraudarlos. Trataré de aportar la experiencia que he recogido en los muchos años que llevo en la primera división. Alguna vez tuve un desaliento, cuando no se concretó mi pase a River Plate pero eso lo superé con el tiempo. Volviendo a Independiente pienso que hemos formado un grupo humano muy unido, muy sólido.
Confío en que en la tercera rueda sigamos así. para brindar nuevas satisfacciones a nuestra numerosa hinchada".



DIARIO MENDOZA 1976              
"Hugo Cirilo Mémoli: El hincha que se dio el lujo de hacerse ídolo"


   
-"Claro que soy hincha. Si me crié a una cuadra de la cancha; fui creciendo en el estadio, junto a los hijos de don Evaristo Torres. a mí me sacaron de la tribuna para hacerme jugador. Fue una vez que..."

Hugo Cirilo Mémoli es de esas personalidades que no conocen las reservas cuando se expresan. Lo dice todo. Y todo lo dice poniendo la misma convicción con la que juega.

-"Resulta que yo formaba parte de la "barra brava" de Independiente. Seríamos unos diez que íbamos a todas partes, haciendo ruido con lo que podíamos, todavía no estaba formada la bandita. Yo era el que llevaba la bandera en las tribunas. Una tarde faltó uno de los muchachos que jugaba en la reserva y como yo había ido temprano a la cancha, alguien, me vio y me llamaron al camarín para reemplazarlo. Debuté contra Gimnasia jugando de puntero derecho".

Toda su pasión por Independiente se puede medir a través de los puestos que ocupó. Su lugar en la cancha es como marcador de orilla derecha; pero hizo falta un centrodelantero y allá fue él, hizo falta un marcador central, fue allá también. Y también fue una vez al arco y -hasta...- se atajó un penal: 

-"Mire, el año que me prestaron a Guaymallén recibí un trato excepcional. Quería demostrar que yo podía jugar en primera. Pero cada vez que Independiente jugaba en día sábado, me iba a la tribuna a gritar con los hinchas. Y eso que ya estaba en primera".

¿Cuántas veces jugó lesionado, sin que nadie lo supiera? Este año, sin ir demasiado lejos, sin contar con el alta médica ya estaba reapareciendo, aunque eso significó la aparición de un desgarro. Y aún así, contra San Martín, jugó desgarrado:

-"Claro que soy hincha de Independiente antes que jugador. Y no digo que lo sea más que nadie. Pero sí que lo soy desde chiquito. Mire: todavía en las columnas del puente de hierro del ferrocarril, allá en Godoy Cruz, están pegados los carteles que yo pegué con otros dos muchachos, cuando Independiente iba al primer Nacional en el '68. Si usted los quiere ver, todavía están pegados. Y guardo, todavía, la camiseta azul que usaba en la tribuna, con un montón de leyendas".

Nunca fue llamado como refuerzo para el Nacional. Pese a que llegó a jugar en River. Es que -por allí- debe andar "jugando" esa imagen total y absolutamente identificada con Independiente. Hugo Cirilo Mémoli es un hincha que bajó de los tablones para seguir "haciendo fuerza" por Independiente de una manera distinta. Y de esa forma, casi sin proponérselo, terminó por hacerse ídolo de los mismos que antes y siempre gritaron, junto a él, en el tablon:

-"Yo creo que en esto no hay términos medios. El hincha nace con esa pasión. Y en Mendoza se es hincha de Independiente o se "es contra". Si se es hincha de Independiente se es fanático. Y sino, directamente, no lo quiere a Independiente..."  

-9 DE JULIO DE 1975-
LA ATAJADA QUE QUEDÓ EN LA HISTORIA

El Gringo contuvo un penal que ejecutó Roque Cruz, de Andes Talleres, el 9 de julio de 1975. Fue triunfo de los Azules por 2 a 0 con goles de Oscar Palavecino.
Diario Los Andes, 10 de julio de 1975.

Tras golear a Huracán Las Heras, llegaría un partido histórico para Independiente y quien se llevaría los laureles sería Hugo Cirilo Mémoli. Los Azules ganaban como visitantes con dos goles de Palavecino, cuando a cinco minutos del final el árbitro, Antonio Da Dalt, sancionó un penal a favor del equipo local y expulsó al arquero Ernesto Garín. El Gringo se calzó el buzo para convertirse en leyenda. Remató Roque Carlos Cruz y contuvo el defensor/arquero, quien fue ovacionado y llevado en andas al finalizar el partido.


-SÍNTESIS DEL PARTIDO-

Andes Talleres:
Francisco Gavaci (c), Daniel Giuberti, Jorge Cattáneo, Miguel Mulet y José Perícoli, Roque Cruz, Roberto Orrego (Mario Basso) y Juan Santana, Carlos Quiroga, Anibal Deiber y Ramón López. 
DT: Orlando Vicente Garro.

Independiente Rivadavia: Ernesto Garín, Hugo Mémoli (c), Roberto Rodríguez, Pedro Sartirana y Félix Piña (Héctor Bolognesi), Dante Garro, Eduardo Felipe Velásquez y Tomas Felipe Carlovich, Oscar Palavecino, Felipe Moreno y Eusebio Ibáñez (Orlando Oros).
DT: Miguel Ángel Converti.

Goles: 35' y 40' Palavecino (el segundo de penal).

Árbitro: Antonio Da Dalt
Líneas: Francisco Labayén y Luis Termini
Partido Preliminar: Talleres 3 Independiente 6
Recaudación:
65.165

fuente: leprademendoza.blogspot.com

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