Después de cinco partidos, la Lepra rompió el maleficio en el Gargantini, y volvió a sumar de a tres. De esta manera, Independiente consiguió llegar a la marca de 50 puntos que se propuso y le dio una alegría a su gente en su casa.
Trabadísimo: Marchesini anticipa a Torres, una postal del partido.
Por Emiliano Bartolomeo
emiliano_bartolomeo@hotmail.com
Y un día se acabo la sequia. La Lepra quería llegar a los cincuenta puntos, pasaron muchos partidos desde aquella victoria en el Clásico ante Gimnasia. Fueron cinco, pero la sexta fue la vencida.
En un partido chivo, donde se luchó más de lo que se jugó, Independiente volvió a sonreir. Y lo necesitaba, para este plantel plagado de purretes, que corrieron cada pelota, como si fuera la última. Sabían ellos que era una de las últimas chances de alegrar a su gente, y le dieron lo que mereció varios partidos atrás, ganar y mejor suerte.
El cuadro de Gualeguaychú no se metió atrás, vino a buscar los tres puntos también, lo que le dio espacios a los azules. La dupla goleadora del torneo, no estuvo fina a la hora de anotar. Zampedri y Bandiera le dieron varios dolores de cabeza a la última línea leprosa. Pero con Agüero como bandera, y Aguirre como salida (y bombero en varias ocaciones) hicieron lo posible para acomodarse bien en el fondo.
Ya a los 2', volvería el goleador que extrañaron durante mucho tiempo en el Parque: Diego Cardozo no sólo volvería a la titularidad, sino que bajo el brazo volvería a anotarse en la red. De esta forma, Independiente con la ventaja tempranera, se acomodó bien y manejó el partido, ya que Juventud Unida debió salir a buscar el empate.
Pero a los 20' vendrías las (viejas) malas noticias: Cardozo, cayó al suelo sin golpe alguno y todo era preocupación en el Parque. Sintió el pinchazo y debió salir sustituido. En su lugar ingresaría Villarreal, y la Lepra perdería juego, pero ganaba lucha y sacrificio en el medio. De ahí en más, a Independiente le costaría caro ese cambio.
Porque el Decano entrerriano se hizo dueño de la pelota, Barrado manejaba los hilos en el medio y aprovechaba la velocidad de los carrileros, en especial Piaggio que desbordaba a Sánchez por su sector. Adentro del área, Bandiera se ponia del lado de Aguirre, aunque el lateral azul lo tenía bien controlado. Masoero y Agüero luchaban con Zampedri, que complicaba.
En el medio la Lepra sólo acumulaba jugadores, pero no generaba juego. Pero a cuenta gotas generaba peligro: lo tuvo Gordillo (ingresó de emergencia por Dolci que se lesionó en la entrada en calor), pero falló en la definición; también Imperiale, pero su remate fue desviado por un defensor visitante.
Promediaba los 36' cuando llegó la igualdad: La defensa se duermió una siesta, por la lesión de Sanchez, Barrado tiró el centro e Impini de cabeza establecía la igualdad. Demasiado premio para el Decano, que empató y se fueron a los vestuarios en tablas.
En el complemento continuó la paridad entre ambos equipos, y Quinteros metió dos delanteros para ir a buscar el partido: adentro Gautier y Soria; afuera Gordillo y Sánchez. El técnico puso toda la carne al asador, sabía que había que ganar, aunque sea arriesgando.
La fórmula era la misma: Pelotazo a Imperiale y Soria, ambos de buena estatura, para que se la bajaran a los delanteros, pero no lograban concretar.
Hasta que a los 32' llegó el desahogo: un centro de Aguirre, encontró a Emmanuel Torres en el segundo palo, que ganó arriba y venció a Perelman. El Gargantini estalló, se gritó mucho el gol, y Torres lo festejó emocionado. Sabía lo que vale el tanto para este plantel y más para el que es delantero.
Luego de la ventaja parcial, el equipo de Acosta entró en la deseperación y tuvo sus chances, una desatención de la defensa azul posibilitó que dos chances para la visita, pero cuando patearon , sus remates pegaron en sus propios compañeros (dos veces), y un disparo de Bandiera que en la línea sacó Aguirre.
Ramiro López pitó el final y fue victoria de la Lepra, que un día volvió a ganar la Lepra en su cancha, el grito atragantado por fin pudo salir. Gracias a esta juventud unida por la causa leprosa. Es tiempo de los pibes, el festejo es de ellos.
Síntesis:
Independiente Rivadavia (2): Gaspar Servio; Luciano Sánchez, Lucas Masoero, Ariel Agüero, Leandro Aguirre; Germán Gordillo, Emiliano Fernández, Daniel Imperiale, Diego Cardozo; José Méndez, Emmanuel Torres.
DT: Pablo Quinteros.
Juventud Unida (Gualeguaychú) (1): Martín Perelman; Daian Vocos, Pablo Impini, Matías Marchesini, Jonathan Medina; Cristian Fornillo, Gonzalo Rodriguez, Diego Barrado, Rubén Piaggio; Neri Bandiera, Fernando Zampedri.
DT: Norberto Acosta.
Goles en el primer tiempo: 2m. Cardozo (IR), 36m. Impini (JU).
Goles en el segundo tiempo: 32m. Torres (IR).
Cambios en el primer tiempo: 19m. Matías Villarreal por Cardozo (IR).
Cambios en el segundo tiempo: 10m. Hernán Gautier por Gordillo (IR); 19m. Julio Illanes por Piaggio (JU); 25m. Ricardo Villalba por Impini (JU); 26m. Hernán Soria por Sánchez (IR); 29m. Claudio Pombo por Fornillo (JU).
Árbitro: Ramiro López.
Estadio: Bautista Gargantini.
LA FIGURA: Emmanuel Torres.
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