El encuentro del pasado miércoles entre Godoy Cruz e Independiente Rivadavia terminó en un verdadero infierno para la delegación leprosa. Una de las víctimas de violencia de género habló de los hechos.
Por Fabián Salamone
fabisalamone@hotmail.com
Los hechos ocurridos el 9 de noviembre en el estadio del
Club Deportivo Godoy Cruz Antonio Tomba no deberían quedar en el pasado. Los acontecimientos
tuvieron numerosas víctimas cercanas al Club Sportivo Independiente Rivadavia.
Entre ellas: jugadores del plantel de la Primera B Nacional, dirigentes, periodistas
(partidarios y no partidarios), familiares y jugadoras del fútbol femenino. Lo
que más llama la atención es la feroz agresión que sufrieron las damas
presentes en el estadio Feliciano Gambarte. Una de ellas, habló con Sentimiento
Azul y contó la historia en primera persona:
“Llegamos al estadio y nos sentamos con familiares,
jugadores y dirigentes en la platea. Cinco minutos antes de que finalizara el
partido hizo el gol Godoy Cruz y nos vinieron a gritar el gol en la cara.
Cuando empezamos a subir para salir cada vez eran más. Llegamos arriba y los
teníamos encima, tuvimos que empezar a correr.
Venía gente con la cara tapada, en ese momento llegamos al
descanso de la escalera, nos frenamos para poder saltar, porque la reja estaba
cerrada con candado, y allí empezaron las agresiones. Cuando nos logramos
incorporar se vinieron todos encima y nos empezaron a golpear.
No había ningún policía, la dirigencia de Godoy Cruz se paró
en la entrada principal de la platea a mirar mientras nos golpeaban. El portón
de salida estaba cerrado con candado, lo cual da la pauta de que estaba todo
planeado, nos entregaron. Había solamente siete policías para más 300 personas,
es increíble, más sabiendo que iba delegación del club.
Nos golpearon, nos tuvieron encerrados. Cuando los hinchas
de Godoy Cruz ya se estaban yendo, llegaron unos policías y abrieron el portón,
15 minutos después de que comenzaron las agresiones.
Nadie nos llamó una ambulancia ni preguntó como estábamos. Hubo
una gran inoperancia de la policía y también complicidad -y responsabilidad- de
la dirigencia local. No hemos recibido llamadas ni disculpas de parte de la
gente de Godoy Cruz.
Quiero destacar lo de Martín Astudillo -el director técnico
del plantel superior- que estuvo con nosotros en todo momento preocupándose. Agradecerle
también a la gente del club, que en todo momento nos está acompañando. Pusieron
a disposición su médico y abogado para que nos atendieran.
Quiero pedir que esto se termine y nunca se vuelva a repetir.
Que dejen de manchar así al fútbol. Lo que ha pasado es algo grave, no es para
tomar a la ligera. No puedo parar de llorar, tengo miedo de salir a la calle”.
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