Con gran convocatoria y gran éxito, se realizó la Gran Cena Azul en el playón del Bautista Gargantini. Las entradas se agotaron y alrededor de 500 personas disfrutaron de un cena de gala con música, recuerdos y la fiesta que la pusieron los hinchas azules. Sin duda, una demostración del amor incondicional por el club y la demostración de que en las malas, su gente está.
Por Emiliano Bartolomeo
emiliano_bartolomeo@hotmail.com
Pocas cosa se comparan al amor. Sin dudas, día a día, nosotros los vemos en nuestra vida cotidiana. Amor por la familia, los amigos, incluso alguna pareja que es el fiel reflejo de lo que nuestro corazón palpita, por alguien. Y en nuestro fútbol, un deporte tan pasional para los argentinos, queda demostrado en nuestra retinas, al ver a tanta gente gritando por el club de sus amores, ayudando, apoyando, tratando de sacar de las malas a ese escudo que late al ritmo de nuestro cuore, y al unísono "en las malas mucho más, que las buenas ya van a venir".
La carpa de la Gran Cena Azul, a tono para la ocasión.
Como hincha de la Lepra, del glorioso Independiente Rivadavia, lo vivi en persona el sábado en la "Gran Cena Azul". Poco a poco se fue poblando la carpa puesta a tono para la ocasión. Blanca con tirantes azules y la bandera argentina, en honor al Bicentenario de nuestra Independencia, nunca más justa la elección de la decoración. Los hinchas fueron llegando y se acomodaron de acuerdo a la organización y las camisetas, camperas, buzos, o cualquier ropaje con el escudo de Independiente se veía por donde miraras.
A las 22 y con la gente acomodada en sus mesas, y esperando por la entrada, Juan Ignacio Villarroel, se puso el traje de conductor de la fiesta y le dio la bienvenida a la gran familia leprosa. Desde su voz salió el primer video para agasajar a el "Caudillos de Caudillos", quien un 9 de Julio de 1975 patentó el "día del arquero: Hugo Cirilo Mémoli se vestía de héroe en cancha de Andes Talleres atajando un penal a Roque Cruz, luego de que expulsaran al "Gato" Garín. La emoción era parte de la fiesta de los hinchas, que corearon el "Gringo, Gringo" cuando lo vieron en la pantalla gigante.
Luego, durante el plato principal nos encontramos con otro video, de los trabajos en la Ciudad Deportiva, donde a fuerza de ganas y con el apoyo de la gente azul, reactivaron el predio de Carrodilla, herecia dejada por el presidente Walter Braganini y que le daría al Club del Parque, la vida social que Independiente perdió en los últimos años. Los trabajos en las canchas, los baños, la cantina y el proyecto del regreso del hockey sobre patines, con Leonardo Colucci a la cabeza, para revivir a un deporte que convirtió a la Lepra en el "primer mendocino" en ganar un torneo nacional.
También hubo tiempo para los cánticos leprosos, quienes entonaron todos los himnos que se escuchan en la Salvador Íudica, y en la carpa retumba, cada corazón leproso, y ese amor incondicional por el Azul del Parque.
Finalmente, la cena se cerró con la música de una banda de rock y otra de cumbia, además del aporte de los "Instrumentos de la Lepra" y el "Gran Baile Leproso", quienes festejaron hasta altas horas de la madrugada en el playón del club.
Una banda de rock conformada por músicos leprosos.
Todo esto tuvo un denominador común, las 500 entradas vendidas y todo lo recaudado durante la noche, será destinado a seguir poniendo en condiciones la Ciudad Deportiva de Independiente en calle Terrada y también a las inferiores del club, que participan en los Torneos de AFA.
Las chicas del Fútbol Femenino, presentes.
Sin dudas, una gran noche, donde quedó demostrado el amor por una camiseta, y que si el club lo necesita, su gente está lista para ayudar, aportando su granito de arena y cuando se quiere se puede. La Lepra está resurgiendo, como el Ave Fénix Azul, y demostrando, como siempre por sus hinchas, porque es el más popular del Oeste Argentino.
¡ARRIBA LA LEPRA!
Nota: gracias al Departamento de Prensa de CSIR y a Mundo Lepra por los videos y las fotos de esta nota
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